INEXPLICABLE

22. feb., 2019

Llevo algunos años dándole vueltas a escribir sobre este tema y se me planteaban dudas para hacerlo, el hecho de que me atañia directamente a causa de mi madre, era una de las razones. Ahora por una amiga de las de la infancia, que sufre una situación parecida.

Cómo se puede explicar que una hija, niegue la palabra a su madre, no la visite ni cuando (por correo electrónico) se le comunica que tienen que operar a su progenitora de un tema delicado....., no se preocupa por su estado?

Mi amiga, se lo traga todo con tal de poder ver a su nieto, pero cómo puede soportar que su hija, cuando ella llega, se retire?. Aún así, agradece que por lo menos pueda disfrutar de su niño.

Pero se plantea qué pasará mañana, cuando el niño crezca y su mente haya sido llenada de esos rencores que almacena su madre?

Y ella se pregunta? Qué le habré podido hacer para que no me quiera?

Eso mismo se preguntaba mi madre? Qué les he podido hacer a tus hermanas para que no me quieran venir a ver?

Pues así es y lo más triste, es que una por una razón y la otra por una no muy diferente, son incapaces de increpar a unas y otra para saber porqué?

Mi madre, se fué con ese angustia en su corazón. 

Despues de abrir mi corazón, con este dolor que he compartido y comparto, me quedo algo más relajada, no todo lo que quisiera, pues si dijera todo lo que siento, no me reconoceríais. 

Solo pienso que todas estas "personas" son madres y habrá un mañana para ellas........

 

 

 

 

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HISTORIAS DE ARGANDA

28. ene., 2019

Como os podeis imaginar, cuando era cría y algo después también, de Arganda sabía, que estaba "el tren de Arganda, que pita más que anda" y poco más. Pero mira que las circunstancias de la vida me han llevado a que muy buena parte de mis experiencias y amores, están en Arganda.

Todo comenzó un verano en el que teníamos que estrenar una tienda de campaña de esas grandes, casi un chalé, pero en tela..., y buscando, buscando, encontramos un camping que estaba muy cerca de nuestra casa (entónces vivíamos en Moratalaz) y nos fuimos a plantar el tenderete en uno que hay en Arganda (todavía existe).

Eramos la caña, pues tuvimos en esa estancia, varias noches con unas tormentas y unas lluvias de narices y claro, en esas circunstancias, agarrábamos lo imprescindible y nos marchabamos a casa a dormir, con el consiguiente cachondeo de los vecinos tanto, de la casa, como del camping.

A mi particularmente, no me apeteció volver a realizar semejante acampada. Seré muy señorita, pero mejor dame una habitación y una cama.

Después de esta experiencia, nos marchabamos por esos alrededores a pasar el domingo o el sábado, según fuera conveniente, a plantar la tienda y comer con la familia, nuestra paella (cuando se podía prender fuego en el campo) o todo lo relativo a una comida campera.

Pues bien, como siempre se buscaba un lugar que tuviera sombras, espacio para que los niños jugaran y buen acceso para los vehículos, nos movíamos por esa zona, Arganda, Campo Real y Valdilecha.

Después de este preambulo la vida me llevó a que el trabajo que encontré después de varios años en paro, estaba ubicado en Arganda. 

Mi hija mayor encontró el amor en Arganda y allí vive con su familia, feliz por ello.

Después mi hijo segundo,  se fué a vivir a Campo Real, por lo tanto se vé que nuestros caminos nos dirigían hacía esa zona. 

Esas son las paradojas de nuestro destino, ahora no voy a Arganda por trabajo, ahora voy por mi familia. 

Ahora, los que no sabeis dónde está, os diré que es una localidad de la Comunidad de Madrid, con unos vinos de denominación de origen excelentes, un aceite, que tambien produce esa zona, de primera calidad, así que ya sabeis, aparte de ese tren del que os hable al principio, hay mucho que hablar de ella. 

 

 

Cuando un amigo se va

12. ene., 2019

Ahora comprendo un poco mejor a mi suegro Benito y os contaré porqué.

El abuelo, cuando volvía a su pueblo a pasar las vacaciones o ya el tiempo que quisiera ir, le informaban del fallecimiento de aquél o aquella, que él había conocido y tratado con ellos en su vivencia en Piedrahita.

Entónces, no sólo se ponía triste por su marcha, si no porque significaba, que cada vez quedaban menos de esos amigos y porque su partida estaba cada vez más cerca. 

En este año que nos ha dejado, no solo me falta la persona que me dió el ser, si no que también ese amigo entrañable de hace 40 años. Tuvo la fortuna de irse sin sufrir, como él quería y así me lo había dicho una semana antes. 

Aún así fué un gran golpe en mis sentimientos, ya por si sensibles. 

Ya se fué su mujer, después de esa triste y dolorosa enfermedad. Ella fué la que me dió fuerzas para hacer un cambio en mi vida, con su valentía afrontando su situación. 

Después de esto, analizas y te das cuenta de que ya tienes 68 años, eres la mas mayor de la familia, y aunque ahora somos más longevos, la fecha se acerca y nunca estamos preparados para decir adiós a los nuestros. 

También es cierto que empezamos a morir desde que nacemos y que a la vuelta de la esquina o en tu propia casa, puede llegar ese adiós definitivo.

Solo pretendo desahogar un poco mi corazón y mi mente.

Os deseo a todos un feliz año y que aunque esta entrada es un poco triste, seguiré siendo la mujer optimista y que suelo ver el frasco medio lleno. 

DORMITORIO PARA MI

15. dic., 2018

De esas cosas que un día me paré a analizar,  y es que salvo en el periodo de un año y medio, no he tenido nunca un dormitorio solo para mí.

Primero en casa de mis padres. En esos tiempos, no solo no tenía un dormitorio solo para mi uso, no tenía ni una cama para mi sola. Cama compartida con mi abuela y/o mis tías. 

Nos contrapeabamos en la cama para caber todas, así que unas y otras, siempre teníamos los pies de las otras en las narices, pero vamos que tampoco me quejaba, no había otras opciones, el resto de los dormitorios, estaban ocupados por los huéspedes que vivían en mi casa. 

Cuando ya llegó el momento en que los huéspedes se marcharon, ya tenía un dormitorio, pero en ese caso no compartía cama, solo el espacio, mis hermanas dormían en la otra cama. Eran aún pequeñas.

Luego llegó el matrimonio, así que vuelta a compartir cama.

Después la vida me llevó a tener a otra persona junto a mi y como es natural vuelvo a tener todo compartido, pero ya no importa.

Por supuesto que no es igual que en las otras ocasiones, es cierto que el irte a la cama acompañada y acurrucada es otra cosa y espero que la salud y la vida nos permita seguir haciendolo. 

 

 

Más que harta

16. nov., 2018

Ultimamente estoy más que asqueada de aquellos personajes o mejor dicho personajillos, a los que en las redes sociales ponen a parir al la gente, que ni siquiera conocen, sólo porque opinen diferente a ellos. 

Cuando entras en cualquiera de estas redes y estás leyendo una información y después pasas a ver los comentarios de la gente, alucino en colores, ya sea por temas politicos o por otros hoy muy candentes, como el feminismo, el maltrato a los animales, etc., es bochornoso ver esos insultos gratuitos, no hay comentarios constructivos y a la vez respetados, no es así y supongo que me dareis la razón.

Hay momentos en los que quisiera dar mi opinión, pero me coarto.

De la clase politica ya mejor no hablar. Todos mienten, ayer dijeron esto...., hoy dicen otra cosa y mañana a saber qué dirán.

Tengo una amiga, de la que me cuido muy mucho de comentarle ciertas cosas para no herir su susceptibilidad, sin embargo ella, no duda en hacerlo, a pesar de que ya la he comentado que mejor, no tocar determinados temas, por no molestarnos mutuamente. 

Pasando a otro tipo de cosa, otra cuestión que me indigna es la información que algunos medios de comunicación hacen llegar a la gente, ya sea a través de la prensa o de la TV o radio. 

Lo más sangrante es la TV, no solo en las noticias, cómo las dan, si no que algunas, sobre todo de violencia, las reiteran una y otra vez, dando ideas a los que no las tienen.

En fín, con decir esto, me desahogo, no es nada más que eso, porque personalmente, solo podré intentar cambiar algo, a través de mi voto y eso es cada cuatro años, así que a esperar.

Disculpar por mi cabreo, pero ya lo solté, espero encontrarme algo mejor, dentro de un rato. 

Buen día a todos.