Como no quiero daros tanto la matraca con el tema crucero, hoy voy a hacer el resumen de los tres puertos en que estuvimos de visita.
Después de Montenegro, viajamos hasta Grecia.
Primer puerto fué Katakolón y ¡ay de mi, pobre inculta¡ desconocía totalmente lo que significó esta isla para nuestra cultura, no sólo está Atenas, si no todo lo que encierra esta isla es en sí nuestra base de civilización.
Allí se encuentra el Monte Olimpo y los restos de lo que fué. También fué el lugar donde se hicieron las primeras pruebas deportivas , hoy las olimpiadas.
Primero pasamos al Museo y fué para mí espectacular, ver todo lo que hicieron griegos y romanos, que no olvidemos que también anduvieron por ahí.
Después pasamos a ver lo que queda del monte Olimpo y claro, menos mal que en el museo tienen una maqueta en la que se ve como era todo antes de que casi desapareciera.
No obstante pudimos hacernos una idea.
Y claro, corriendo corriendo que hay que volver al barco que nos deja en tierra.
Siguiente parada en Atenas.
Nos esperaba un bus con nuestra guía correspondiente y allá que fuimos a hacer una visita panorámica de Atenas.
La ciudad en su conjunto, no merece la pena, pero claro, lo que todos queremos ver es el Acrópolis, pero..., no pudimos, nos quedamos a los pies, desde allí lo dislumbramos, pero mal, muy mal, porque había unas colas impresionantes para subir y como estamos con lo de siempre, hay que volver al barco rápido, pues no nos quedó otra que conformarnos.
Después nos dejaron un tiempo libre, tres cuartos de hora más o menos, para pasearnos por la calle comercial, o sea para que gastaramos algo de dinerito.
Cuando ya llegamos de nuevo al puerto, también teníamos una media hora para acceder al barco y allí tambíen hay multitud de tiendas, así que nuevo paseo por la "apertura de carteras y compras de recuerditos"
Aquí ya tuvimos una noche y un día de navegación y es cuando aprovechamos más a cotillear por todas partes del barco, pasearnos y ver qué podíamos hacer extraordinario. Para mí es un placer ir a un Spa y como había uno, allá que fuimos a ver los precios y claro, sólo los vimos, porque el Spa, lo dejamos para los más pudientes, con eso lo he dicho todo.
Ya amaneció y llegamos a Bari, ciudad que sólo conocía el nombre por el cantante Nicola di Bari, pero no tenía idea de que existiera como nùcleo urbano. Lo cierto es que nos sorprendió, allí tuvimos más tiempo para pasear por sus calles, visitar la catedral y la Basílica de San Nicolás, que es el patrón de esa ciudad.
Esta ciudad está en el Adriático y es la tercera en importancia después de Napoles y Palermo.
Allí hasta nos dió tiempo a sentarnos en una terraza a tomar un vinito de la tierra, muy bueno por cierto.
De allí vuelta a embarcar y rumbo a Venecia.
De esa parada mejor no os cuento más, sólo lo decepcionante que fué, ya que allí, aparte del retraso que tuvimos para atracar (una hora) ya el tiempo se nos venía encima para poder llegar luego al aeropuerto para el regreso a casa.
Ver a través del Canal de la Giudecca lo que en teoría deberíamos haber podido patear, pero bueno, en resúmen, queda la ilusión por poder volver a ver esa Ciudad, eso sí, con calma y a nuestro aire.
Desde este pequeño y personal espacio, quiero destacar la atención y organización del personal del barco en todas sus facetas, embarque, estancia y posterior desembarco. Como se daba la circunstancia de que no llegaríamos a tiempo al aeropuerto, se ocuparon de avisar a la aerolínea y además de estar pendientes de todo el grupo hasta que llegamos a la puerta de embarque, así que un bravo a COSTA CRUCEROS y su tripulación en el Costa Luminosa.
Comentarios recientes
26.11 | 16:00
Nunca me hubiera imaginado este final!!!
24.11 | 16:30
Madre mía qué interesante, pero nos dejas con la miel en los labios. Espero que al final tengamos un final feliz!!!
24.11 | 11:01
22.11 | 14:26
Todos tus relatos me gustan
Cómo sigues preciosa?