Hace tiempo que vengo pensando en contar esas experiencias maternales, que las que lo somos, hemos tenido.
Esta idea me ha venido a la cabeza, cuando me he fijado varias veces en esas futuras madres, que llevan las manos entrelazadas encima de su vientre; y yo he sido una de ellas, poniendo en posición de descanso nuestras manos en nuestra tripa.
Inconscientemente es una manera de proteger a tu bebé.
Siempre recordaré la primera vez que sentí dentro de mí, a cada uno de mis hijos y cómo no, las posteriores.
Había veces que como a todas las mamás, notabas que se te clavaba en la tripa, el pie, un brazo o un codo, o todo a la vez y cuántas veces no les habremos dicho o empujado con nuestra mano: aparta de ahí que me estás haciendo daño....
Más aún, cuando ves tu tripa como un bulto más o menos grande, se mueve por ella, como si se estuviera dando un paseo...., qué sensaciones más gratas y que nunca se olvidarán.
Esas ventajas tenemos las mujeres, que nadie puede arrebatarnos.
Sí además amamantas a tu hijo?. Eso si que es comunicación directa y única, por mucho que te duela el pecho, ahí estás, cada vez que te lo pide....
Realmente, mis experiencias en ese campo, fueron breves, con los únicos que estuve un poco más de tiempo fueron los dos hijos pequeños y que además fueron en periodos más cortos de lo que hubiera querido, pero ahí estuvieron.
Otro momento inolvidable es cuando nacen, es indudable que salvo las personas que se ponen la epidural, es un dolor profundo, pero al llegar el momento de la expulsión, es un placer, pues sabes que ahí se acaba ese período de dolor y además porque ya nació tu querido hijo.
Y por cierto, sigo poniendo mis manos cruzadas sobre mi vientre, aunque ya no esté gestando.....
Comentarios recientes
26.11 | 16:00
Nunca me hubiera imaginado este final!!!
24.11 | 16:30
Madre mía qué interesante, pero nos dejas con la miel en los labios. Espero que al final tengamos un final feliz!!!
24.11 | 11:01
22.11 | 14:26
Todos tus relatos me gustan
Cómo sigues preciosa?