Me vais a perdonar, ya se que una boda es igual a otra y otra de las muchas que vivimos en nuestras vidas.
Particularmente las de mis hijos son especiales para mí, es lógico y natural.
Hoy celebro que mi hija mayor Esther, haya podido ver realizada su gran ilusión, que era la de casarse con la persona que quiere y que lleva queriendo más de estos 25 años y hacerlo como hubiera podido ser la ceremonia que se celebró ese 13 de Abril.
No voy a explicar los porqués, ya no vienen al caso.
Lo cierto y verdadero es que ha tenido en esta ocasión:
- Su búsqueda de ese vestido fantástico de blanco.
- Que cuando aparezca el vestido adecuado, no solo se emocione la madre, si no que la hija, la hermana y la amiga. Un completo de emociones.
- Accesorios.
- Lugar de celebración con los que los queremos.
- Despedida de "no soltera"
- Coche adornado publicando: Ahí va una novia.
- Tarta y "que se besen....."
También había otras cosas novedosas, como que sus padrinos de boda fueran sus hijos.
A todos se nos escaparon las lágrimas, pero de emoción, por verlos renovar delante de todos su gran amor.
También en esta celebración, fuímos pocos, eso sí los que siempre están a piñon con ellos, familia y amigos.
No puedo más que desear a todos mis chicos que sigan siendo felices y que siempre encuentren el camino del entendimiento en este trayecto a veces difícil.
Comentarios recientes
26.11 | 16:00
Nunca me hubiera imaginado este final!!!
24.11 | 16:30
Madre mía qué interesante, pero nos dejas con la miel en los labios. Espero que al final tengamos un final feliz!!!
24.11 | 11:01
22.11 | 14:26
Todos tus relatos me gustan
Cómo sigues preciosa?